Estando en Antofagasta, me he encontrado en varias situaciones donde a la pregunta de cuál es tu restaurante preferido, la respuesta innata es: Amares. Sin duda, el trabajo que han hecho Giselle Cristino y Pablo Godoy, es darnos una clase magistral de cómo mantener las expectativas de sus comensales.
En Antonino Toro con Galleguillos Lorca, a una cuadra de la avenida Brasil, se encuentra Amares, restaurante que, con casi 12 años de su apertura, sigue marcando tendencia, según mi perspectiva, su éxito se basa en la atención al público, con una preocupación de detalles que marcan diferencias con un sello refinado y de buen gusto.
Regreso a Amares, y cómo no hacerlo, si he sido una fiel seguidora de este restaurante y ahora que hemos vuelto a documentar, no podía faltar dentro de mis primeras visitas en la ruta nortina. Fui a la hora de almuerzo a disfrutar de la terraza, consecuencia de la pandemia que amo, porque antes era impensable tener permiso de terraza. La temperatura aun permite estar al aire libre.
Al revisar la carta, encontré una línea peruana fusión que no ha cambiado mucho a través del tiempo, para Antofagasta está bastante bien, por la gran influencia gastronómica que existe en el territorio. Pedí algo clásico dentro de la carta, una trilogía de causitas ($13.500), maridado con una copa de vino blanco de la casa, para la ocasión tenían disponible un chardonnay, del año 2019, de Casas del Bosque, una joyita.
Suelo pedir la sugerencia de los garzones cuando salgo a comer, esta vez tenía ganas de pescado, imaginando la costa, pensé que podían tener algo de la zona, pero me ofrecieron el risotto con atún, que no dudo que pueda ser una delicia, sin embargo, siento que un restaurante de este tipo, siempre debe buscar la manera de potenciar lo local y fresco.
La experiencia
Cuando llegó el plato, me dio gusto ver algo tan bonito, con decoraciones delicadas como son flores y hojas comestibles, en una variedad entretenida de colores. La trilogía eran tres tipos de causas deconstruidas, que parecían una obra de arte.
La primera era al ajillo, con una base de puré frío aromatizado con cardamomo, ají amarillo, nuez moscada y alguna otra especie. Arriba lo coronada la salsa con camarones nacionales al ajillo.
La segunda causa era de pulpo al olivo, en la base puré frío de betarraga, de un fucsia intenso con un toque de limón y especies. Bañado de láminas de pulpo con una mayonesa al olivo. El pulpo estaba tierno, bastante salsa, y esas flores hermoseaban el plato.
La tercera me pareció un sabor tan reconocido dentro de las recetas tradicionales, como es una buena pasta de jaiba, bien desmenuzada con mucha mayonesa, aunque yo hubiese preferido un poquito menos ligera, estaba apetitosa, las algas que la coronaban, fueron una buena mezcla con la pasta de jaiba y un tradicional puré frío para causas.
El maridaje estaba delicioso, un vino ligero, a buena temperatura, en paladar se sentía una frescura burbujeante que quedaba muy bien con las causitas.
Amares sigue siendo un lugar atractivo de visitar, su atención es una delicadeza para sus comensales, siempre con agilidad y sobretodo buena disposición, muy grata la estadía. En cuanto a una recomendación, solo extrañé un pescado local, pero, haciendo justicia, la comida estaba delicada, sabrosa y bonita, una linda experiencia de terraza.
Dirección: Antotino Toro 995
Horario: Lunes a jueves: 13.00 a 15.00 y 19.30 a 00.30 hrs.
Viernes y sábado: 13.00 a 15.30 y 19.30 a 00.30 hrs.
Contacto: +56946720804