Es momento de producir para el año todo tipo de elaboraciones para mantener el sabor del verano plasmado en múltiples formas y con larga durabilidad como: mermeladas, salsas, frutas en almíbares, dulces o compotas.

Se nos acerca el cierre del verano, y con esto comenzamos a encontrar frutas que, a primera vista no son tan bonitas, ya están más arrugadas o deshidratadas, que nos da la percepción de una fruta que no sirve, pero la realidad es otra. La fruta cuando está en ese estado, ha generado mucho azúcar, su sabor está concentrado, quizás para comerlas frescas, no son tan gratas a nuestro paladar, pero perfectas para hacerlas en cocimientos.

La conservación de frutas en azúcar es una técnica milenaria usada para la supervivencia del ser humano y perpetuar el alimento para todo el año, con técnicas caseras muy simples, que dependen de, al menos, el 65% de la preparación con azúcar por kilo de fruta, una buena reducción de la preparación a fuego directo, un porcentaje de pectina, que lo entregan algunas semillas de las mismas frutas, y gotas de cítricos.

Estas preparaciones pueden ser hechas de prácticamente todas las frutas, y puede hacer volar su imaginación para innovar y crear las más distintas mezclas, también. Las más reconocidas son de: damascos, duraznos, moras, alcayotas, higos, frutillas, membrillos, naranjas, etc.

En lo personal, potencio siempre lo natural y artesanal, con esta metodología no se necesita preservantes artificiales, lo que preserva la preparación es el azúcar y un buen sellado de los frascos donde se mantendrán, evitando la contaminación microbiana, con el hervor de los frascos a la hora de rellenarlos.

Cómo enfrascar

Una preparación de conserva puede durar años en buenas condiciones, todo depende del enfrascado, y nuestra pulcritud en ese proceso. Lo recomendable es consumirlas antes del año y mantenerlas en una alacena, libre de humedad y sol.

Para que la preparación de mermeladas, salsas, compotas o frutas en almíbar es fundamental la limpieza y rapidez en el enfrascado, se sugiere siempre hervir los frascos antes de llenarlos, sacarlos calientes con una tenaza y luego rellenar.

Para el sellado del frasco, la forma fácil, es rellenar muy caliente, cerrarlos y voltear, dejarlos que se enfríen por a los menos seis horas en esa posición hasta que la tapa indique que ya están al vacío. Esto produce un vacío en el frasco que permite que se sellen fácilmente, esto con el cuidado que el trabajo requiere, ya que estas preparaciones en quemaduras son peligrosas por la caramelización de la fruta y el azúcar.

Otra forma de sellado, es luego de rellenar y tapar los frascos, en una olla grande, sumergirlos en agua y hervir por más de 45 minutos a fuego fuerte.  Esta metodología se sugiere para aquellos que venden este producto, ya que hay certeza de que toda contaminación micro bacteriana muere con el hervor. Es importante que los frascos estén sumergidos en bastante agua, para no necesitar agregar más, de lo contrario, considere que el cambio de temperatura quiebra los frascos.

Los frascos están sellados cuando la tapa ya no hace clic al hundirla.