Fuimos invitados por la Fundación Altiplano a participar dentro del contexto de las “Escuelas
Patrimoniales” en el proyecto “Transferencias en conservación sostenible”, así recorrimos cuatro
pueblos del altiplano, siendo nuestro punto neurálgico Chiu Chiu.


Recorrimos Lasana, Ayquina, Caspana y Chiu Chiu, los cuatros pueblos cruzados por valles, un
milagro en el Desierto de Atacama, donde convergen el río Salado con el Loa. Recorrimos las
terrazas artesanales de cultivos, con los sistemas ancestrales de regadíos. Pueblos que cultivan su
propio maíz, ajos, papas, hortalizas, zanahorias, habas, hierbas medicinales, frutales como:
damascos, peritas de agua, tunas, membrillos, duraznos, entre otros.

Terrazas de cultivo, Ayquina.
La arquitectura sobresale por su preciso trabajo que ha perdurado a través de la historia, donde se
encajan bloques casi perfectos y se aíslan con adobe, una hermosura de mirar, además con una
efectividad por las necesidades del clima, considerando que la ruta tiene una oscilación extrema
de temperatura, donde a la hora del calor, adentro de las casas está fresco y durante la noche,
aparece un calorcito hogareño reconfortante.
Si logras acercarte a la comunidad, no será extraño que entres a hogares construidos por herencia
en asentamientos de pukarás, los que han ido restaurando a través de la vida con los elementos
que la tierra les da, ya que, como comunidad son rehaceos a la intervención de otras técnicas en
construcción.


¿Qué se come en el Alto el Loa?
En gastronomía, se puede encontrar recetas tradicionales como la pataska, picante de conejo,
cazuelas, bastante quínoa en distintas recetas. El único camélido permitido en criar para alimento
es el llamo, pero los conejos son de fácil crianza, al igual que las gallinas, por lo que se faenan para
épocas de *pagos y celebraciones.

Pataska, comida licanantay
Como restaurantes, encontramos un par, donde destacamos Talatur, con una cocina natural y
artesanal, en un lugar grato. Nos tocó una atención cordial, preocupados de detalles como la
música. Como observación, mejorar el abastecimiento de la carta, pero se entiende que, por las
características del lugar, la comida es restringida, más si llegas al final del último turno de la
semana, que fue nuestra experiencia. Sin embargo, bebimos unos ricos sour rica rica, que es la
emblemática hierba local, recolectada sobre los 2.500 mts. de altura.
No podemos dejar de recomendar visitar las picadas que vean al paso, se pueden encontrar con
sabrosos guisos acompañados de arroz, cocina típica chilena que nos identifica de norte a sur,
pero cada territorio condimenta según sus recursos.
Además de queques de zanahorias, especialidad del territorio, por la abundancia en la cosecha.
Cada familia tiene su propio secreto y se reconocen a través del sabor de sus recetas, escuchamos
más de una vez: -Este es el queque de tal persona-. En masas destacamos las sopaipillas, que nos
llama la atención que pareciera ser una receta bastante parecida a la mapuche, con los mismos
insumos principales: harina de trigo, agua tibia y levadura. Y las churrascas, una masa muy
delgada, asadas a las brasas. Ambas reconocidas como comidas de veredas, siendo panorama en
las tardes salir a comprar para la once –o merienda mundialmente conocida-.

Talleres, conversatorios y clases populares

Dentro de la especialidad de nuestra directora, Lorena Rapiman, brindó talleres de “Cocina
Patrimonial” donde enfatizó en reconocer recetas muy simples, que a veces son tan cotidianas que
no les damos el valor. “Cocinamos charquicán, y lo hicimos con todo, arroz graneado y huevo frito
sobre el guiso. Ahí reconocimos que los cocimientos con papas, zapallo camote, zanahoria y un
sofrito, es una de las bases de la cocina indígena en Chile” reconoció Lorena. En este territorio, el
guiso tradicional que es la Pataska, es cocinada con la base de verduras ya nombradas, más el
cereal deshidratado, al punto de maíz reventando. Y la receta tradicional es con carne de
camélidos, sin embrago, hoy es más popular la carne de res.

Charquicán, plato típico chileno.
Por otra parte, Lorena, moderó los conversatorios e hizo clases populares en Las Fiestas de la
Conservación, producidas por la Fundación Altiplano. Donde conversó, con más de diez mujeres de
las bondades de la tierra, reconociendo la cosecha, que alimenta a los mismos lugareños. Además,
de las recetas tradicionales, que se heredan de familias, con sus rituales y secretos.
Con respecto a la clase popular, Lorena cocinó un quinotto de habas, fusionando la técnica italiana
-internacionalmente conocida- con insumos locales –cebollín, habas, ajos, tomates y cebolla-.
Donde demostró que, a veces es entretenido innovar, con el respeto a los insumos se puede ir
insertando nuevas técnicas para cocinar. “En el caso de la quínoa, queda muy bien en cremosidad
con cocción lenta -la quínoa no tiene la misma cantidad de almidón, como un arroz grano corto
ancho-, pero logra quedar con una textura agradable si la dejamos al dente” sentenció Rapiman.

Talleres populares de cocina

Alojamiento y recomendaciones
En alojamiento, la oferta es bastante adecuada con el panorama. Hicimos reservas en Sol de
Atacama, un hostal muy reconfortante y familiar. Cada habitación con baño privado, destacable su
servicio de limpieza. Una cocina comunitaria, donde conoces desde turistas, hasta científicos
locos. Como servicio extra, el lugar tiene un observatorio con guía astronómica, algo imperdible si
está disfrutando de uno de los cielos más privilegiados del mundo.
Tenga en consideración que cada uno de los pueblos nombrados están el altiplano, con una altura
entre 2.500 y los 3,200 mts. de altura sobre el mar. Se recomienda andar lento, muy lento, si usted
no está acostumbrado a los deportes extremos, no es el lugar para hacer la prueba.
Como secreto licantantay que nos dio una amiga hace muchos años, cargar en el bolsillo izquierdo
un diente de ajo, no tenemos la explicación científica, pero cada vez que lo hemos puesto a
prueba, ha dado buen resultado. Y no está demás solicitar a los lugareños que les faciliten tés de
hojas de coca, ya que la puna es una sensación muy desagradable. Pueden dar desde dolores de
cabezas, hasta sensación de desvanecimiento.
Las fechas recomendadas para visitar estos pueblos son: fiestas patronales religiosas, limpia de
canales y solsticios.

información relevante

Hostal Sol de Atacama
Dirección: Parcela 197, Chiu Chiu

Teléfono: +56995462023
Dirección Talatur: Esmeralda 881
Horarios: jueves a domingo, 18.00 hrs.
Ayquina
Sistema de cultivos en terrazas, libre acceso coordinando con lugareños.
Caspana
Arquitectura y vegetación aledaña al río.
Pukará de Lasana
Abierto de jueves a domingo de 11.00 a 14.00 y 15.00 a 18.00 hrs.
Valor entrada: estudiante y adulto mayor $1.000, general $3.000.

*Pago: referido al “pago a la tierra” que hacen las comunidades indígenas agradeciendo a la Tierra
por la temporada que se avecina.

Agradecimiento especial a Sergio Hernández, audiovisual de la Fundación Altiplano, por las imágenes de los talleres.